Afortunadamente siempre hay cosas por aprender porqué es lo que más me interesa y cuando siento que algo ya esta aprendido deja de interesarme.
Con desconcierto saco de una caja de cartón la constatación de que hace más de veinte años aprendí a hacer este tipo de ilustraciones.
Firmadas conjuntamente con Bernardo Arriaza, un pintor chileno del que aprendí algunas técnicas de caldera de bruja que luego he usado en mis infografias más plásticas. Cuando descubrí la infografía y el sueldo fijo me fui olvidando de la ilustración, hasta que en el 2005 empecé a dedicarme exclusivamente a la asesoría. Hasta el 2008 trabajé como consultor para tres de los grande medios italianos. De Italia y de sus diarios aprendí mucho, pero nada que se hiciese con las manos, ahí apareció de nuevo el deseo de dibujar, ahora desde el lugar 'déjenme hacer lo que se me cante'. Se lo comenté a los colegas de profesión más próximos. Acababan de rediseñar el cultural de ABC y Fernando Rubio me tomo la palabra tal cual: me daba unos textos muy raros -a veces no me daba nada- y yo hacía lo que me venia en gana, ni una sola vez me pidió un cambio o ajuste y, conociendo el interior de los diarios, 'sugerencias' de los redactores seguro que no le faltaron. Incluso se arriesgo a encargarme una portada tan comercial como es un suplemento inmobiliario en una época en que el ladrillo era el rey. Yo le devolví el riesgo haciendo la ilustración en una ventana. Varias veces le agradecí que me diera ese espacio de libertad que tan bien me hizo en esa época.