SNDS'16
Capítulo escandinavo de la Society for News Desing
Malmö, Suecia, 14 de octubre


'Infografía y emociones'

El ser humano es emocional. ¿Podemos hacer algo que no esté cargado de emociones?
Por supuesto hay actividades donde podemos poner más emoción que en otras. El periodismo es un ejemplo de actividad 
que no solo puede, si no que debe estar cargada de emoción.
Explicamos, analizamos, contextualizamos y opinamos sobre lo que ocurre a nuestro alrededor poniéndole emoción 
a nuestros textos, fotografías, ilustraciones y diseños con el fin de seducir y atrapar la atención del lector. 
Pero ¿qué ocurre con la infografía?
La ética, afortunadamente, ha ido tomando poder y la estética lo ha ido perdiendo en un debate absurdo: ética 
y estética son dos caras de la misma moneda. Lejos de ser incompatibles son complementarias.
La globalización y el pensamiento único ha llegado, también, a la infografia: todas responden al mismo patrón, en cualquier 
medio de cualquier latitud, indistintamente del tema que traten: mismos colores y diseño frío, dibujos 
esquemáticos trazados casi siempre en ordenador. 
Es un patrón que suele funcionar correctamente, pero tampoco pone énfasis en nada. No transmite ninguna emoción. 
Nos deja fríos.
De este modo estamos perdiendo el primer y más poderoso canal de comunicación: la estética que va directa al ojo 
y de el a la emoción. 
Pareciera que los infografistas quieren prescindir de la estética, como si eso diera mayor veracidad al contenido. 
Pero, en primer lugar, tal cosas es imposible, podemos minimizar su capacidad de comunicación –que es lo que 
de hecho ocurre- pero, además, no es cierto que determinadas estéticas resulten más veraces que otras.
Lo que si es cierto es que resulta más difícil encontrar la estética adecuada a cada tema que repetir siempre la misma: 
si nos equivocamos con la elección cometemos un grave error de carácter informativo. Quizá por este motivo todas 
las infografías parecen estar hechas igual: para no equivocarse.
Según un viejo dicho español ‘quien no se mueve no se equivoca’. Pero quien no se equivoca seguramente es porque está muerto.