Una conversación con Jaime Serra
Juan Carlos Hernández
'Lo vivido, lo sucedido (una cartografía de Buenos Aires)'
1998-2015
Más allá del concepto teórico, ¿que es para ti la Infografía?
Desde siempre supe que mi vida estaría vinculada a un quehacer relacionado con las prácticas artísticas. La infografía es la herramienta que encontré en el camino para poder llevar a cabo este fin y, en el mismo camino y por un tiempo, también descubrí el periodismo.
Juan Carlos Hernández
'Lo vivido, lo sucedido (una cartografía de Buenos Aires)'
1998-2015
Más allá del concepto teórico, ¿que es para ti la Infografía?
Desde siempre supe que mi vida estaría vinculada a un quehacer relacionado con las prácticas artísticas. La infografía es la herramienta que encontré en el camino para poder llevar a cabo este fin y, en el mismo camino y por un tiempo, también descubrí el periodismo.
¿Cuales fueron o son tus artistas de referencia, tanto infógrafos como artistas plásticos?, ¿han sido siempre los mismos desde que comenzaste? ¿existe alguno reciente?
Influencias muchísimas. Son, literalmente, algo vital para mi. En los pasados Malofiej20 me pidieron un texto sobre este tema.
Intento mantenerme en una posición influenciable. Y no me refiero solo a influencias que puedan ejercer en mi el trabajo de otros profesionales vinculados a mi oficio. Las influencias están en todas partes y uno debe mantenerse alerta para aprender algo de ellas. Hace ya bastantes años el periodista y profesor Miguel Ángel Jimeno me hizo una entrevista que introducía así: “Jaime, chafardero, verdulero y charlatán como pocos, ha aprendido mucho por que aprende de todo”. Se lo agradecí, me siento totalmente identificado con esta apreciación y orgulloso de que así sea. Aprender es lo más importante para mi, y para ello ser influido es necesario. Hace apenas una semana viaje hasta Bilbao para ver en el museo Guggenheim una gran exposición sobre las obra de Louise Bourgeoise, una artista de la que tengo desde hace años un libro en la cabecera de mi dormitorio: ‘Destrucción del padre, reconstrucción del padre: escritos y entrevista, 1923-1997’ y que incluye un texto que releo a menudo, casi como una oración
Con todo, no considero a Bourgeoise un referente, esa es una palabra ‘gruesa’. Para mi los referentes se mantienen desde que uno los descubre e incluso crecen con el paso del tiempo al conocer, no solo su obra si no, también, su personalidad. Así que resultan difíciles de encontrar y, tal como yo lo entiendo y a diferencia de las influencias, no se si los referentes son muy saludables. No obstante, diría que me mantengo fiel a Marcel Duchamp y a William S. Burroughs (este último de modo creciente) y no, desde hace muchísimos años no se ha sumado ningún nombre más a la lista.
¿En cuanto tiempo desarrollas actualmente una pieza infográfica y en que etapas se divide ese tiempo? investigación desarrollo, etc.
Desde hace bastante tiempo únicamente realizo infografías con un fin que podríamos definir como artístico. De casi todas ellas desarrollo una adaptación editorial que termina publicada en algún medio, pero el disparador que me permite su creación es interno, no responde a la demanda externa de narrar un hecho ocurrido. Entonces, a las etapas habituales en infografía periodística debo añadir ‘elección y conceptualización del tema’ y es este, precisamente, el paso que más tiempo me demanda. En la infografía periodística es el entorno, la actualidad, o el medio para el que trabajas el que propone el tema. En mi caso es una elección personal que responde a unas cotas que yo mismo me he impuesto. Tras este primer paso viene el resto, que suelen coincidir con el desarrollo de una infografía periodística: documentación y edición del contenido, arquitectura de la información, elección de la técnica, desarrollo formal. Los tiempos varían mucho de un trabajo a otro. Pueden variar de unas semanas a más de un año. Depende, sobre todo, de la elección del tema y su necesaria documentación. Muchas veces yo mismo construyo la información contenida en el infográfico y eso requiere de tiempos dilatados, especialmente si se trata de datos.
¿Que técnicas tiendes a utilizar más? ¿cual es tu favorita? ¿que nueva herramienta te gustaría explorar para aplicar al trabajo infográfico?
Los colegas conocen mi predilección por el trabajo manual, sin embargo trabajo mucho con el ordenador, principalmente con programas vectoriales. Desde hace un tiempo me gusta trabajar con herramientas manuales muy básicas: rotuladores, lápiz de color, adhesivos. Me gustaría poder trabajar más con el apoyo de programadores.
Combinación de estilos y técnicas. ¿Cuantas técnicas y cuales combinas para lograr los resultados que obtienes tanto en calidad visual como en impresión?
Procuro mantenerme abierto a todo tipo de estilos y técnicas y combinarlas con libertad. Creo que esta ha sido una característica de mi trabajo desde hace muchos tiempo. En los últimos años, en mi paso de la infografía periodística a una artística, he debido prestarle más atención al aspecto que sentía más débil, que conocía menos: la construcción de un fondo conceptual. En consecuencia, en algunos casos, la estética -estilos y técnicas- se ha reducido a lo esencial para transmitir el concepto. De todos modos no es menos cierto que ahora tengo un deseo plástico más minimalista que, por ejemplo, cuando trabajaba con una plástica cercana a la pintura.
¿Tienes un equipo de trabajo?, ¿cuantas personas lo conforman?, ¿cual es la función de cada una de ellas?
Como director del departamento de infografía del diario La Vanguardia tengo un equipo formado por siete personas. Trabajamos únicamente para la edición en papel y la función de todas ellas es la misma: realizar infografías. No hay especialistas, sin embargo, dicho esto, es evidente que cada profesional maneja unos aspectos mejor que otros y es parte de mi trabajo, como responsable del área, sacar lo mejor de cada profesional para ponerlo al servicio del equipo. La mentalidad de trabajo en equipo es fundamental, incluso cuando no se realiza conjuntamente un trabajo. Hay que tener en cuenta que, probablemente, si estás realizando un trabajo en profundidad y pudiendo experimentar con el, se deba a que un colega del departamento este realizando tareas más ingratas. Hay que entender que todos los trabajos son fruto del trabajo del departamento.
Para mi trabajo artístico me apoyo puntualmente con profesionales que tengan el perfil adecuado. Necesito de un gran espacio de intimidad y por ello no tengo a nadie regularmente. No obstante, el volumen de trabajo y la ambición del proyecto, hace que me esté planteando seriamente la búsqueda de un asistente.
¿Con que trabas que frenen tu actividad, te has podido conseguir?
Pensando en infografía periodística, recuerdo unos inicios complejos. No era algo que me ocurriese a mi, le ocurría a la profesión: la infografía debía inventarse. Marcar unos parámetros y defenderlos. Fue, de algún modo, una batalla dentro de las redacciones. Pero hace muchos años que tengo la fortuna de poder desarrollar mi trabajo con un gran respeto por parte de los colegas de la redacción y con mucha libertad en la elección y el tratamiento de temas. No tengo la sensación de haberme encontrado trabas con las direcciones de los medios para los que he trabajado o de los espacios en los que he expuesto.
En mi faceta artística todo ha resultado bastante sencillo desde mi primera exposición en el Centro de Arte Arts Santa Mònica de Barcelona el año 2013. Cada exposición ha traído otra y he rechazado algunas para poder centrarme en la producción de nueva obra.
Desde que comenzaste a elaborar infografías hasta ahora, ¿cual ha sido el trabajo infográfico más complicado y porque?
Los trabajos desarrollados durante la época en Clarín tenían la complicación de abrirse hacia un espacio nuevo. Innovar es adentrarse en un terreno donde las influencias deben haber sido disueltas y concentradas en algo nuevo. No es sencillo. Me parece que en su momento resultaron muy innovadores, sin embargo no lo recuerdo como algo complicado. El entorno no resultó un problema y de mi surgieron como un proceso natural, una especie de evolución. Pero hace bastante de esa época y no podemos fiarnos del recuerdo, así que lo supongo muy complicado.
Podría hablarte de varios trabajos que me han resultado realmente complejos, pero sin duda lo más difícil lo estoy realizando en estos momentos: pasar del periodismo, sin espacio para el arte, al arte con el periodismo como espacio.
A parte de tu trabajo como infógrafista ¿realizas alguna otra actividad relacionada con el arte, la educación, la música?
Primero permíteme una puntualización: Tal y como está formulada la pregunta parece que hay un vínculo intrínseco entre infografía y arte y eso está muy lejos de cómo yo lo entiendo. Hablar de dedicarse a la infografía no es decir gran cosa más allá de la técnica que utilizas. Es necesario añadir un adjetivo que de sentido a la técnica utilizada: periodística, científica, artística. He utilizado la infografía como herramienta periodística durante años, ahora la utilizo con fines artísticos.
Doy algunas clases puntuales en algunos masters de diseño, tipografía o visualización de datos. He dado clases de forma regular en las carreras de periodismo en la Universidad de Navarra y en la Universitat Pompeu Fabra, pero lo dejé, no me aportaba demasiado.
Disfruto mucho enseñando de modo practico lo que he aprendido, aprecio mucho tener estudiantes en régimen de pasantía, enseñar trabajando. Es como yo aprendí y creo que es como mejor funciona. No me gustan los modelos educativos.
Además, como decía antes, enseñar infografía sin enseñar también la disciplina en la que se va a aplicar se me hace imposible, es como prescindir del contenido. En una infografía tal cosa no es posible. Si enseñas infografía periodística debes enseñar periodismo, si lo haces con fines artísticos debes enseñar arte. El trabajo es doble.
¿Podrías compartirnos la experiencia de tu primera infografía?
No la recuerdo. Estoy seguro que sería alguna del tipo ‘snapshot’ del USA Today, muy de moda cuando yo empecé.
Háblanos un poco acerca de este boom de piezas infográficas relacionadas con la visualización de datos, ¿que opinión tienes de estos gráficos?
Periodísticamente, la llamada visualización de datos es, como yo lo entiendo, un modo de hacer infografía. Pero con una diferencia de concepto importantísima: además de explicarnos lo sucedido puede ayudarnos a entender el por qué. Este es un paso muy importante. En los últimos años se han ensayado visualizaciones muy novedosas que han abierto las posibilidades de la profesión. No es menos cierto que se han realizado experimentos poco afortunados. Con todo me parece que siempre merece la pena correr riesgos.
Es comprensible que al haber podido disponer de una cantidad de información tan valiosa, como los millones de datos que desde hace unos años la tecnología nos permite recolectar, procesar y visualizar, se haya producido cierto abuso en su utilización, con la parte negativa que esto conlleva. Cuando se abusa de un recurso se sobredimensiona. Hay que encontrarle la dimensión precisa y creo que ya está sucediendo. Hace unos pocos años atrás el número de visualizaciones de datos era mucho mayor.
Dicho todo esto, personalmente no logro empatizar con las visualizaciones de datos. Es difícil verse en los datos datos. Creo que una persona puede enriquecerse mucho más viéndose reflejada en otra persona que en el promedio de la colectividad a la que pertenece. Es fácil empatizar con otro ser humano, somos todos tan parecidos. Es este el motivo por el que utilizo datos de lo que hace una persona concreta –a menudo yo mismo- en un momento dado, frente a una situación concreta. No es por exhibicionismo ni por que me parezca un contenido relevante. Cuando mis propios datos están expuestos dejan de ser míos. De algún modo funcionan como una base donde el espectador puede depositar los suyos y, por similitud o antagonismo, verse reflejado.
¿Como ves el futuro de la infografía?
Excelente. Es una herramienta que se está demostrado muy eficaz en muchos sectores. Desgraciadamente, aplicada al periodismo su futuro es incierto, no por la propia herramienta, que a mi entender está resistiendo mejor que la fotografía o la palabra, si no por el del propio periodismo.
Influencias muchísimas. Son, literalmente, algo vital para mi. En los pasados Malofiej20 me pidieron un texto sobre este tema.
Intento mantenerme en una posición influenciable. Y no me refiero solo a influencias que puedan ejercer en mi el trabajo de otros profesionales vinculados a mi oficio. Las influencias están en todas partes y uno debe mantenerse alerta para aprender algo de ellas. Hace ya bastantes años el periodista y profesor Miguel Ángel Jimeno me hizo una entrevista que introducía así: “Jaime, chafardero, verdulero y charlatán como pocos, ha aprendido mucho por que aprende de todo”. Se lo agradecí, me siento totalmente identificado con esta apreciación y orgulloso de que así sea. Aprender es lo más importante para mi, y para ello ser influido es necesario. Hace apenas una semana viaje hasta Bilbao para ver en el museo Guggenheim una gran exposición sobre las obra de Louise Bourgeoise, una artista de la que tengo desde hace años un libro en la cabecera de mi dormitorio: ‘Destrucción del padre, reconstrucción del padre: escritos y entrevista, 1923-1997’ y que incluye un texto que releo a menudo, casi como una oración
Con todo, no considero a Bourgeoise un referente, esa es una palabra ‘gruesa’. Para mi los referentes se mantienen desde que uno los descubre e incluso crecen con el paso del tiempo al conocer, no solo su obra si no, también, su personalidad. Así que resultan difíciles de encontrar y, tal como yo lo entiendo y a diferencia de las influencias, no se si los referentes son muy saludables. No obstante, diría que me mantengo fiel a Marcel Duchamp y a William S. Burroughs (este último de modo creciente) y no, desde hace muchísimos años no se ha sumado ningún nombre más a la lista.
¿En cuanto tiempo desarrollas actualmente una pieza infográfica y en que etapas se divide ese tiempo? investigación desarrollo, etc.
Desde hace bastante tiempo únicamente realizo infografías con un fin que podríamos definir como artístico. De casi todas ellas desarrollo una adaptación editorial que termina publicada en algún medio, pero el disparador que me permite su creación es interno, no responde a la demanda externa de narrar un hecho ocurrido. Entonces, a las etapas habituales en infografía periodística debo añadir ‘elección y conceptualización del tema’ y es este, precisamente, el paso que más tiempo me demanda. En la infografía periodística es el entorno, la actualidad, o el medio para el que trabajas el que propone el tema. En mi caso es una elección personal que responde a unas cotas que yo mismo me he impuesto. Tras este primer paso viene el resto, que suelen coincidir con el desarrollo de una infografía periodística: documentación y edición del contenido, arquitectura de la información, elección de la técnica, desarrollo formal. Los tiempos varían mucho de un trabajo a otro. Pueden variar de unas semanas a más de un año. Depende, sobre todo, de la elección del tema y su necesaria documentación. Muchas veces yo mismo construyo la información contenida en el infográfico y eso requiere de tiempos dilatados, especialmente si se trata de datos.
¿Que técnicas tiendes a utilizar más? ¿cual es tu favorita? ¿que nueva herramienta te gustaría explorar para aplicar al trabajo infográfico?
Los colegas conocen mi predilección por el trabajo manual, sin embargo trabajo mucho con el ordenador, principalmente con programas vectoriales. Desde hace un tiempo me gusta trabajar con herramientas manuales muy básicas: rotuladores, lápiz de color, adhesivos. Me gustaría poder trabajar más con el apoyo de programadores.
Combinación de estilos y técnicas. ¿Cuantas técnicas y cuales combinas para lograr los resultados que obtienes tanto en calidad visual como en impresión?
Procuro mantenerme abierto a todo tipo de estilos y técnicas y combinarlas con libertad. Creo que esta ha sido una característica de mi trabajo desde hace muchos tiempo. En los últimos años, en mi paso de la infografía periodística a una artística, he debido prestarle más atención al aspecto que sentía más débil, que conocía menos: la construcción de un fondo conceptual. En consecuencia, en algunos casos, la estética -estilos y técnicas- se ha reducido a lo esencial para transmitir el concepto. De todos modos no es menos cierto que ahora tengo un deseo plástico más minimalista que, por ejemplo, cuando trabajaba con una plástica cercana a la pintura.
¿Tienes un equipo de trabajo?, ¿cuantas personas lo conforman?, ¿cual es la función de cada una de ellas?
Como director del departamento de infografía del diario La Vanguardia tengo un equipo formado por siete personas. Trabajamos únicamente para la edición en papel y la función de todas ellas es la misma: realizar infografías. No hay especialistas, sin embargo, dicho esto, es evidente que cada profesional maneja unos aspectos mejor que otros y es parte de mi trabajo, como responsable del área, sacar lo mejor de cada profesional para ponerlo al servicio del equipo. La mentalidad de trabajo en equipo es fundamental, incluso cuando no se realiza conjuntamente un trabajo. Hay que tener en cuenta que, probablemente, si estás realizando un trabajo en profundidad y pudiendo experimentar con el, se deba a que un colega del departamento este realizando tareas más ingratas. Hay que entender que todos los trabajos son fruto del trabajo del departamento.
Para mi trabajo artístico me apoyo puntualmente con profesionales que tengan el perfil adecuado. Necesito de un gran espacio de intimidad y por ello no tengo a nadie regularmente. No obstante, el volumen de trabajo y la ambición del proyecto, hace que me esté planteando seriamente la búsqueda de un asistente.
¿Con que trabas que frenen tu actividad, te has podido conseguir?
Pensando en infografía periodística, recuerdo unos inicios complejos. No era algo que me ocurriese a mi, le ocurría a la profesión: la infografía debía inventarse. Marcar unos parámetros y defenderlos. Fue, de algún modo, una batalla dentro de las redacciones. Pero hace muchos años que tengo la fortuna de poder desarrollar mi trabajo con un gran respeto por parte de los colegas de la redacción y con mucha libertad en la elección y el tratamiento de temas. No tengo la sensación de haberme encontrado trabas con las direcciones de los medios para los que he trabajado o de los espacios en los que he expuesto.
En mi faceta artística todo ha resultado bastante sencillo desde mi primera exposición en el Centro de Arte Arts Santa Mònica de Barcelona el año 2013. Cada exposición ha traído otra y he rechazado algunas para poder centrarme en la producción de nueva obra.
Desde que comenzaste a elaborar infografías hasta ahora, ¿cual ha sido el trabajo infográfico más complicado y porque?
Los trabajos desarrollados durante la época en Clarín tenían la complicación de abrirse hacia un espacio nuevo. Innovar es adentrarse en un terreno donde las influencias deben haber sido disueltas y concentradas en algo nuevo. No es sencillo. Me parece que en su momento resultaron muy innovadores, sin embargo no lo recuerdo como algo complicado. El entorno no resultó un problema y de mi surgieron como un proceso natural, una especie de evolución. Pero hace bastante de esa época y no podemos fiarnos del recuerdo, así que lo supongo muy complicado.
Podría hablarte de varios trabajos que me han resultado realmente complejos, pero sin duda lo más difícil lo estoy realizando en estos momentos: pasar del periodismo, sin espacio para el arte, al arte con el periodismo como espacio.
A parte de tu trabajo como infógrafista ¿realizas alguna otra actividad relacionada con el arte, la educación, la música?
Primero permíteme una puntualización: Tal y como está formulada la pregunta parece que hay un vínculo intrínseco entre infografía y arte y eso está muy lejos de cómo yo lo entiendo. Hablar de dedicarse a la infografía no es decir gran cosa más allá de la técnica que utilizas. Es necesario añadir un adjetivo que de sentido a la técnica utilizada: periodística, científica, artística. He utilizado la infografía como herramienta periodística durante años, ahora la utilizo con fines artísticos.
Doy algunas clases puntuales en algunos masters de diseño, tipografía o visualización de datos. He dado clases de forma regular en las carreras de periodismo en la Universidad de Navarra y en la Universitat Pompeu Fabra, pero lo dejé, no me aportaba demasiado.
Disfruto mucho enseñando de modo practico lo que he aprendido, aprecio mucho tener estudiantes en régimen de pasantía, enseñar trabajando. Es como yo aprendí y creo que es como mejor funciona. No me gustan los modelos educativos.
Además, como decía antes, enseñar infografía sin enseñar también la disciplina en la que se va a aplicar se me hace imposible, es como prescindir del contenido. En una infografía tal cosa no es posible. Si enseñas infografía periodística debes enseñar periodismo, si lo haces con fines artísticos debes enseñar arte. El trabajo es doble.
¿Podrías compartirnos la experiencia de tu primera infografía?
No la recuerdo. Estoy seguro que sería alguna del tipo ‘snapshot’ del USA Today, muy de moda cuando yo empecé.
Háblanos un poco acerca de este boom de piezas infográficas relacionadas con la visualización de datos, ¿que opinión tienes de estos gráficos?
Periodísticamente, la llamada visualización de datos es, como yo lo entiendo, un modo de hacer infografía. Pero con una diferencia de concepto importantísima: además de explicarnos lo sucedido puede ayudarnos a entender el por qué. Este es un paso muy importante. En los últimos años se han ensayado visualizaciones muy novedosas que han abierto las posibilidades de la profesión. No es menos cierto que se han realizado experimentos poco afortunados. Con todo me parece que siempre merece la pena correr riesgos.
Es comprensible que al haber podido disponer de una cantidad de información tan valiosa, como los millones de datos que desde hace unos años la tecnología nos permite recolectar, procesar y visualizar, se haya producido cierto abuso en su utilización, con la parte negativa que esto conlleva. Cuando se abusa de un recurso se sobredimensiona. Hay que encontrarle la dimensión precisa y creo que ya está sucediendo. Hace unos pocos años atrás el número de visualizaciones de datos era mucho mayor.
Dicho todo esto, personalmente no logro empatizar con las visualizaciones de datos. Es difícil verse en los datos datos. Creo que una persona puede enriquecerse mucho más viéndose reflejada en otra persona que en el promedio de la colectividad a la que pertenece. Es fácil empatizar con otro ser humano, somos todos tan parecidos. Es este el motivo por el que utilizo datos de lo que hace una persona concreta –a menudo yo mismo- en un momento dado, frente a una situación concreta. No es por exhibicionismo ni por que me parezca un contenido relevante. Cuando mis propios datos están expuestos dejan de ser míos. De algún modo funcionan como una base donde el espectador puede depositar los suyos y, por similitud o antagonismo, verse reflejado.
¿Como ves el futuro de la infografía?
Excelente. Es una herramienta que se está demostrado muy eficaz en muchos sectores. Desgraciadamente, aplicada al periodismo su futuro es incierto, no por la propia herramienta, que a mi entender está resistiendo mejor que la fotografía o la palabra, si no por el del propio periodismo.
En la redacción del diario peruano 'El Comercio' realizando la visualización 'Dialograma'
Fotografía: Richard Hirano/El Comercio
Fotografía: Richard Hirano/El Comercio