'La transición de la infografía en el periodismo online' (título provisional)

Tesis para el doctorado de William Robson en la 
Universidade Federal de Santa Catarina (Florianópolis, Brasil) y en la Universitat Autonoma de Barcelona. Dirección de Raquel Ritter Longhi.

Investigación vinculada al Programa de Postgrado en Periodismo: Tecnologías, Lenguajes e Innovación en el Periodismo.

Enero del 2018, Barcelona

¿Cómo ve la utilidad de la infografía en el periodismo actual, especialmente la practicada en Internet?
Lo que realmente me parece preocupante es la utilidad que pueda tener el tipo de periodismo que mayoritariamente se hace en la actualidad. Todavía más en un tiempo en que frente a la avalancha de desinformación generada -muy especialmente- en las redes sociales, la labor periodística se me hace más necesaria que nunca.

Internet dinamitó el modelo de negocio que había funcionado en papel durante el pasado siglo y no hemos sido capaces de encontrar uno nuevo para este mundo nuevo. El resultado es una nueva situación económica –ya no es crisis: se ha instalado- que, inevitablemente, afecta a la calidad: estamos viviendo, con toda probabilidad, la época con la calidad de la información en los medios más deficiente.

En las dos últimas décadas la infografía se ha mostrado como una herramienta muy útil en la practica periodística. Primero desde el papel como punta de lanza del periodismo visual y, desde la aparición de internet, como una herramienta pluridisciplinar que ha abierto nuevos modos de informar interactuándo –incluso- con el lector.

No obstante, aún y siendo una herramienta muy valorada por los lectores es la más prescindible de todas: no es imaginable un medio sin palabra; difícilmente sin fotografía, pero se hacen muchos medios sin infografías, no necesariamente peores que los que si las incluyen. La infografía sigue siendo un plus.


¿Cuáles son los software que usted recomienda y utiliza para la producción de infografías estáticas y para infografías online?
Frente a la importancia que se le otorga a la tecnología, aclarar, en primer lugar, que cualquier software es prescindible. Inclusive, y desde una posición extrema, en infografías online. Para hacer una buena infografía lo único imprescindible es un buen profesional. La historia está llena de ejemplos que validan esta afirmación: ¿qué programas usaron John Snow, Playfair, Minard o Florence Nightingale? O, más recientemente y dentro ya de la infografía periodística, Peter Sullivan o John Grimwade. ¿Acaso los más grandes infografistas de la actualidad como Archie Tse, Fernando Baptista, Fernando Arranz, Alberto Lucas o Javier Zarracina entre tantos otros, no podrían hacer su trabajo en un escenario pre o post digital?

Inclusive visualizadores de datos vinculados conceptualmente al Big Data, un fenómeno que no existiría sin las nuevas tecnologías, como Stefanie PosavecDomestic Data Streamers o yo mismo hacemos un uso extremadamente práctico de la tecnología.

Dicho esto, afortunadamente disponemos de ordenadores con software adecuado a nuestras necesidades. Es una herramienta maravillosa que nos facilita de forma enorme el trabajo, muy especialmente la edición de imágenes y textos. Pero, aun y usando el ordenador, es fundamental, según mi modo de entender, hacer trabajar la mente con un lápiz en la mano. Los tiempos, la materialidad, la imposibilidad de un ‘send to back’, hacen que el cerebro funcione de modo muy diferente si trabajamos manualmente o con ordenador. Primero hay que usar este modo mental, luego, y cuando ya esta todo decidido, conectar con el ordenador.

En mi caso: utilizo esencialmente Ilustrator y Photoshop, pero hay ocasiones en que directamente prescindo de todo software por que el trabajo no demanda su uso, aún más: atentaría contra lo que pretendo. Algunos casos claros serían ‘Café diario’ o ‘Datos en los bolsillos’

Los únicos casos donde la tecnología se hace imprescindible es en la visualización de millones de datos. La mente humana necesitaría siglos para poder procesar y posteriormente representar la información.


¿Crees que los infografistas deberán recurrir al conocimiento de programación para el desarrollo de trabajos más complejos?
Formulas la pregunta con el futurible ‘deberán’ y en verdad la necesidad de programación para la confección de determinado tipo de infografías es un hecho presente, como te indico al final de la respuesta a tu anterior pregunta. Esto abre la necesidad de un nuevo perfil profesional: hoy ya es necesario, cuando no imprescindible, un infografista que sepa programar, o un programador con mentalidad de periodismo infográfico, que para el caso es lo mismo. ¿Todos los infografistas necesitaran saber programar? No, como no todos deben ser ilustradores científicos. Estamos en una época donde se hace más necesario el trabajo en un equipo multidisciplinar donde ‘infografía’ es el concepto común.


¿Usted cree que los periódicos están invirtiendo en el desarrollo de la infografía y de los departamentos de artes?
Los periódicos no están invirtiendo lo necesario en la producción de periodismo de calidad, ni en contenido ni en forma. Algunos invierten lo posible dentro de la dura realidad económica de la profesión, pero resulta insuficiente. Los periodistas cada vez viajan menos, los medios recortan corresponsalías, como si se tratase de un trabajo fabril se exige al periodista la presencia en la redacción de un numero determinado de horas, se recortan incluso los tiempos de confección de un artículo –la implicación más grave de esto es un celo menor en el rigor informativo- y cubriendo diversas plataformas simultáneamente –papel, ordenador, tablet, smartphone- con necesidades muy diferentes.

Hay periódicos donde los departamentos de arte han pasado ha ser algo residual. Incluso la edición fotográfica, serio puntal periodístico, se ha visto afectado: en algunos medios de referencia es el propio redactor el que selecciona y edita la fotografía. En este marco desastroso, la infografía está resistiendo, en muchos medios, mejor que otras áreas. Quizá no se invierta lo necesario, o directamente no se invierta, pero se recorta menos.


¿Qué podemos proyectar para el futuro de la infografía en el periodismo?
Depende del futuro del periodismo. Lo que está en crisis no es la herramienta infográfica, bien al contrario, lo que esta en crisis es el propio periodismo: desapareciendo, desaparecido al menos tal y como lo conocimos. Si el periodismo encuentra el modo de recuperar o encontrar un nuevo espacio interesante, hay espacio para la infografía. Si el periodismo desaparece la infografía periodística, obviamente, también.


En particular, usted ya está experimentando nuevas prácticas de producción de infografía en Internet
Aunque soy consciente de que mi trabajo actual tendría buen recorrido en Internet mi producción se centra en soportes estáticos y físicos. Al menos nacen con esa concepción. No es que no me interese Internet o que me parezca mejor el formato físico. Aunque reconozco ser un apasionado del papel –o de la madera o el yeso o el metal- es una cuestión de capacidad de producción, de primar la calidad sobre la cantidad.


¿Los periodistas tradicionales van a necesitar aprender y producir sus propias infografías?
No lo veo posible ni deseable a corto plazo. Entiendo que cuando dices ‘tradicionales’ te refieres a redactores, periodistas que usan únicamente la palabra como herramienta. Creo que debemos regresar a la especialización: el periodista que escribe, el fotoperiodista, el diseñador editorial, el infografista, el realizador de video, el programador. ‘Quien mucho abarca poco aprieta’: el profesional que se ve obligado a realizar diversas tareas simultáneamente, como escribir y grabar un video, inevitablemente verá menguada la calidad de su texto y su grabación. Puede resultar divertido saber un poco de todo y un mucho de nada, pero para la calidad se me hace necesaria la profundidad, la especialización.


En su opinión, ¿cuáles son las revistas o infografistas que se están destacando actualmente? 
Desde hace unos meses no trabajo en la producción diaria de un medio desde su interior. Estoy centrado casi exclusivamente en mi trabajo más personal, fuera de la agenda periodística. En el filo entre periodismo y practicas artísticas. Para la producción de mi trabajo actual no me resulta necesario mantenerme informado de lo que sucede en el mundo, lo cual, de hecho, cada vez me interesa menos. Si a esto le añado que los medios, tanto en papel, en internet o en televisión, hacen un trabajo mediocre, comprenderás que viva desconectado de la actualidad. No tengo televisión, ojeo el papel prensa en el bar o la sala de espera, no escucho la radio y apenas visito los portales de los medios. No puedo tener, por tanto, una visión de cuales son los medios que ofrecen calidad cotidianamente. Los medios que destacan los conozco por los trabajos que destacan y no a la inversa. Se que National Geographic está haciendo excelentes gráficos – como siempre por otra parte - por que conozco el trabajo de Alberto Lucas, no conozco el trabajo de Alberto por que sigo mensualmente la revista. No puedo aportar ningún hallazgo vinculado a los medios, ni publicaciones ni profesionales.

Pero cada vez hay más nombres fuera del periodismo que pueden resultar interesantes para el infografista de prensa, fíjate, sino, por favor, en el trabajo -no precisamente nuevo- de Mark Lombardi.