Hace poco más de diez años el diario de Barcelona ‘La Vanguardia’ se encontraba inmerso en un profundo rediseño dentro del cual se pretendía que la infografía tuviera un espacio protagonista. El proyecto estaba dirigido por Pablo Martín, sin duda uno de los mayores profesionales del diseño editorial de nuestro país. Rosa Mundet, creadora del Departamento de Infografía de ‘La Vanguardia’ a finales de los años ochenta, dejaba la dirección del departamento para centrarse en el diseño de suplementos.

En ese marco, y como consultor externo, inicié mi relación con el diario, desarrollando el más amplio manual de estilo que había elaborado hasta la fecha y aplicándolo a numerosos números cero que marcaban la pauta de lo que debía –deseábamos- que fuera las nueva infografía del diario. La afortunada colaboración desembocó en mi incorporación a la redacción como responsable de la infografía del diario y sus suplementos.

En la década que he dirigido el departamento varios colegas se jubilaron, entre ellos Jordi París, que había dado forma y dirigido el departamento junto con Rosa Mundet desde inicios de los noventa. París fue uno de los impulsores de la infografía en España y un referente personal por su personalísimo estilo.

Otros profesionales se incorporaron a la sección: Alan Jürgens, que participó del proceso de rediseño y con el cual ya había trabajado anteriormente en Clarín. Clara Penín, formada como infografísta en el propio diario y Raúl Camañas al que conseguí seducir para que dejase su Valencia natal y se mudase a Barcelona. Estos nuevos profesionales junto con el experimentando equipo ya existente, son los primeros responsables del trabajo de una década cuyo balance valoro de forma extremadamente positiva.

'La Vanguardia' me ha permitido desarrollar plenamente la forma en que entiendo mi oficio y me brindó, también, la posibilidad de experimentar de forma radical mediante una columna que en formato de opinión publiqué durante siete años y que, de alguna manera, es la responsable del transito hacia los nuevos caminos que desde hace unos años abordo y a los cuales ahora deseo dedicarme en exclusiva.

Por este principal motivo recientemente he dejado el diario. Con el mismo entusiasmo con el que me incorporé. Apasionado con numerosos proyectos con los que seguir aprendiendo, ahora hacia nuevos y desconocidos caminos.

Tengo la enorme fortuna de dejar el diario en un momento dulce en lo que a su infografía se refiere. Valga, sólo como acento de ello, el hecho de que en la última edición de los premios Malofiej, los más prestigiosos de la profesión, 'La Vanguardia' viera reconocido el trabajo hecho durante el año 2016 como el diario más premiado del mundo, solo por detrás del siempre imponente New York Times.

Un nivel que estoy absolutamente convencido que se mantendrá –si no aumentará- tras mi partida. La más clara prueba de ello la tenemos en que, de hecho, ya es así: con interrupciones, durante buena parte del año pasado y del 2016 no he ocupado la dirección del departamento, siendo pues el excelente equipo profesional y humano que he tenido la fortuna de acompañar, el único responsable del gran trabajo que diariamente ha seguido publicado el diario.

 
Son muchísimos los trabajos hechos por la sección de los que me siento orgulloso. Podéis ver algunos en el enlace de mi blog 'infografía periodistica'. Sin embargo tengo especial cariño, seguramente por lo singular de la propuesta, esta visualización que para comparar los datos había que poner el papel a contraluz.

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