Pareciera que el espectáculo ha ocupado el centro de la escena; en la política, en el periodismo, en las artes, en nuestra vida cotidiana.

Se me hace el arte –no el gráfico aplicado, imprescindible en todo canal informativo escrito, si no aquel que dispone de un concepto y de un ética propia, diferente a la periodística- más interesante que el espectáculo para los lectores de un medio informativo.

El periodismo es un oficio que históricamente se ha nutrido de la mirada, de la aportación, de profesionales de otras áreas: la poesía, la filosofía, la pedagogía, la economía y, también, puntualmente de las artes, aunque casi siempre desde un lugar ‘retiniano’, esencialmente visual.

La inmediatez no es exclusividad de los medios –no es, de hecho, el canal más inmediato-. Resulta cada vez más necesario el análisis, la narración del mundo que produce las noticias. Son algunas de las practicas artísticas contemporáneas compañeras de este empeño. Pese a que su ética sea otra, resultaría enriquecedor para el periodismo incluir esas miradas.

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