Opinar con infografía
Introducir la opinión, es decir el pensamiento subjetivo, en una herramienta de comunicación nacida del pensamiento científico y, por tanto, con vocación de ser objetivamente precisa, pareciera imposible. De hecho, si utilizamos información, lo es. La posibilidad de opinar queda en el aspecto formal, mediante una imagen o juego gráfico.
Seguramente el profesional que más ha indagado, con mayor o peor fortuna, en esta forma de hacer es Nigel Holmes, especialmente en su época en Time Magazine. Aunque en muchas ocasiones, más que opinar, Holmes lo que hace es una retórica visual: no manifiesta una opinión clara, se reduce a acentuar visualmente la temática tratada en palabras y datos.
Por otra parte el humor inglés de Holmes está siempre presente en su trabajo, algo que no siempre es favorable al contenido informativo.
Introducir la opinión, es decir el pensamiento subjetivo, en una herramienta de comunicación nacida del pensamiento científico y, por tanto, con vocación de ser objetivamente precisa, pareciera imposible. De hecho, si utilizamos información, lo es. La posibilidad de opinar queda en el aspecto formal, mediante una imagen o juego gráfico.
Seguramente el profesional que más ha indagado, con mayor o peor fortuna, en esta forma de hacer es Nigel Holmes, especialmente en su época en Time Magazine. Aunque en muchas ocasiones, más que opinar, Holmes lo que hace es una retórica visual: no manifiesta una opinión clara, se reduce a acentuar visualmente la temática tratada en palabras y datos.
Por otra parte el humor inglés de Holmes está siempre presente en su trabajo, algo que no siempre es favorable al contenido informativo.
Con todos sus defectos y virtudes posibles, estos
trabajos formaban parte del pensamiento colectivo de los profesionales de la
infografía de finales de los años ochenta y principios de los noventa del siglo
pasado. Es lógico pensar que cuando realicé mi primer trabajo contenedor de una
opinión clara, 'Salarios que no alcanza', aunque sin ser consciente de ello,
estaba influido por Holmes.
La principal diferencia entre este trabajo y los de Nigel
Holmes está en la ausencia formal, por mi parte, del sentido del humor: la
fotografía frente al dibujo caricaturesco.
Durante la época en que me desempeñé como columnista de opinión en LaVanguardia pude indagar en todas las formas de opinar con la infografía que se me ocurrieron, tanto estadística como ilustrada. En algunos casos logré que fondo y forma se fundieran, yendo más allá del acompañamiento de la información objetiva con una imagen que opina.
Durante la época en que me desempeñé como columnista de opinión en LaVanguardia pude indagar en todas las formas de opinar con la infografía que se me ocurrieron, tanto estadística como ilustrada. En algunos casos logré que fondo y forma se fundieran, yendo más allá del acompañamiento de la información objetiva con una imagen que opina.
Otra forma de hacer era más próxima a la opinión gráfica
tradicional pero con apariencia infográfica, con algo de humor absurdo que
invita a la reflexión.
Una conclusión que ahora me parece lógica de la
experimentación como columnista en La Vanguardia, fue la propia creación del
contenido, exactamente igual que lo haría un columnista que use solamente
palabra, aunque, en mi caso, combinando palabra e imagen.
En definitiva, las posibilidades de opinar con la
infografía como medio, son, de fondo, muy similares a las formas más
convencionales: acompañar la información de una ilustración que opine, el humor
gráfico o la construcción del contenido desde una perspectiva personal.