Anuario Clarín 1998/1999
Durante la época que trabajé para Clarín se publicaron tres anuarios. Esta publicación anual, de unas 500 páginas, recogía la información más destacada del año y se convertía en una base de datos estadísticos de referencia, en una época en la que Internet no tenía la presencia actual. Las páginas que formaban el banco de datos de cada sección se abrían con una infografía a doble página sobre el tema considerado más importante del año. Era un trabajo que me apasionaba y en el que intentaba volcar mis intereses comunicacionales y plásticos del año. Pocas semanas antes de hacer la doble página que abría Información General había viajado a Nueva York, donde compré mi primera cámara fotográfica digital. Era la primera de estas máquinas que había sacado al mercado la marca Ricoh -creo recordar-. Este tipo de cámara era absolutamente inusual y la gente se paraba a ver cómo hacía fotografías mirando una pantallita en lugar de pegarme la cámara al ojo. La resolución que ofrecía era pero que el peor de los teléfonos móviles actuales, pero eso precisamente le otorgaba a las imágenes cierto interés plástico, era algo parecido a lo que ocurría con las viejas polaroids. Me interesaba el uso de la fotografía, poco habitual en la infografía de la época, y todavía menos la fotoilustración. El Photoshop era una herramienta poco habitual en los departamentos de infografía y me interesaban especialmente sus posibilidades. Por aquellos años algunos fotógrafos estaban experimentando con iluminaciones, en fotografías de estudio, que recordaban a las malas fotos casuales: los 'golpes' de flash eran característicos en una estética que luego absorbió el mundo de la moda -como casi siempre- con el 'yonkie chic'. Por otra parte seguía muy interesado en el trabajo realizado de forma manual y por el concepto de potenciar la información mediante la técnica empleada y la estética de ella resultante. De esta combinación surge la idea de dibujar mediante rotuladores de punta cuadrada, en sus cuatro colores básicos y de forma similar a los diagramas que suelen realizar los médicos cuando quieren ser pedagógicos, el funcionamiento de Viagra en el cuerpo humano. Prácticamente calqué del dibujo hecho por mi fuente. La reducida paleta de colores resultó perfecta para las convenciones: rojo para la sangre, azul para las arterias, verde para las venas y negro para el resto de diagramas. El otro color utilizado en el gráfico -el único a excepción del propio de las fotografías- es el característico de Viagra. Una curiosidad al respecto es que uno de los posibles efectos secundarios del consumo de las pastilla era la visión en duotono de este color. Quiero suponer que la industria farmacéutica habrá subsanado este posible efecto adverso... En cuanto a la tipografía, la única usada en todo el trabajo es la propia de la publicación: la Frankin Ghotic, su uso en bold se limita a la titulación y al destacado del diagrama en color 'Viagra' y en negro para las palabras a destacar en los párrafos de texto. Como solía ser habitual en Clarín no se extraía la palabra a destacar del bloque de texto donde tenía sentido, si no que se usaba en bold y se colocaba de tal modo que de ella podía salir un filete que la relacionase con la imagen a la que se refería, ahorrando así palabras sueltas que dificultaban la narración.
Este trabajo forma parte de un portafolio personal premiado por la SND
Anuario 1997/1998
Durante la época que trabajé para Clarín se publicaron tres anuarios. Esta publicación anual, de unas 500 páginas, recogía la información más destacada del año y se convertía en una base de datos estadísticos de referencia, en una época en la que Internet no tenía la presencia actual. Las páginas que formaban el banco de datos de cada sección se abrían con una infografía a doble página sobre el tema considerado más importante del año. Era un trabajo que me apasionaba y en el que intentaba volcar mis intereses comunicacionales y plásticos del año. Pocas semanas antes de hacer la doble página que abría Información General había viajado a Nueva York, donde compré mi primera cámara fotográfica digital. Era la primera de estas máquinas que había sacado al mercado la marca Ricoh -creo recordar-. Este tipo de cámara era absolutamente inusual y la gente se paraba a ver cómo hacía fotografías mirando una pantallita en lugar de pegarme la cámara al ojo. La resolución que ofrecía era pero que el peor de los teléfonos móviles actuales, pero eso precisamente le otorgaba a las imágenes cierto interés plástico, era algo parecido a lo que ocurría con las viejas polaroids. Me interesaba el uso de la fotografía, poco habitual en la infografía de la época, y todavía menos la fotoilustración. El Photoshop era una herramienta poco habitual en los departamentos de infografía y me interesaban especialmente sus posibilidades. Por aquellos años algunos fotógrafos estaban experimentando con iluminaciones, en fotografías de estudio, que recordaban a las malas fotos casuales: los 'golpes' de flash eran característicos en una estética que luego absorbió el mundo de la moda -como casi siempre- con el 'yonkie chic'. Por otra parte seguía muy interesado en el trabajo realizado de forma manual y por el concepto de potenciar la información mediante la técnica empleada y la estética de ella resultante. De esta combinación surge la idea de dibujar mediante rotuladores de punta cuadrada, en sus cuatro colores básicos y de forma similar a los diagramas que suelen realizar los médicos cuando quieren ser pedagógicos, el funcionamiento de Viagra en el cuerpo humano. Prácticamente calqué del dibujo hecho por mi fuente. La reducida paleta de colores resultó perfecta para las convenciones: rojo para la sangre, azul para las arterias, verde para las venas y negro para el resto de diagramas. El otro color utilizado en el gráfico -el único a excepción del propio de las fotografías- es el característico de Viagra. Una curiosidad al respecto es que uno de los posibles efectos secundarios del consumo de las pastilla era la visión en duotono de este color. Quiero suponer que la industria farmacéutica habrá subsanado este posible efecto adverso... En cuanto a la tipografía, la única usada en todo el trabajo es la propia de la publicación: la Frankin Ghotic, su uso en bold se limita a la titulación y al destacado del diagrama en color 'Viagra' y en negro para las palabras a destacar en los párrafos de texto. Como solía ser habitual en Clarín no se extraía la palabra a destacar del bloque de texto donde tenía sentido, si no que se usaba en bold y se colocaba de tal modo que de ella podía salir un filete que la relacionase con la imagen a la que se refería, ahorrando así palabras sueltas que dificultaban la narración.
Este trabajo forma parte de un portafolio personal premiado por la SND
Anuario 1997/1998