El mapa del cólera que, en 1854,
cambió el modo de combatir las epidemias
La Nación
2 de mayo 

Dos hombres atraviesan la niebla de uno de los barrios más degradados de la mayor urbe 
del planeta. En patios interiores y azoteas se crían cerdos, gallinas y otros animales domésticos 
que corren por la calles. La bosta de los caballos que tiran de los carruajes de los ciudadanos 
más pudientes se acumula en las calles. La Nuisances Act esta vigente: todos los ciudadanos 
están obligados a vaciar los pozos ciegos de los sótanos donde depositan los excrementos 
y arrojarlos al río. Hasta tal punto es insoportable el hedor, que las autoridades creen que 
es la causa de la peste que asola la ciudad. Las miasmas, le llaman a los efluvios de la evaporación
de la sangre y la descomposición de la tierra que contamina el cuerpo al respirar enfermándolo
mortalmente. En las miasmas, argumenta el químico alemán Justus von Liebig, se encuentra 
la causa de las epidemias de viruela, sífilis y, en este caso, cólera. Los que pueden huyen al campo
en busca de aire sano. La mayoría permanecen encerrados en sus casas.

El aspecto de los dos hombres les distingue de sus ‘dickensianos’ vecinos: putas (principal fuente
de ingresos del barrio), borrachos, niños ladrones. Son el párroco Henry Whitehead y el doctor 
en medicina Sir John Snow. El título se lo ha concedido la reina Victoria hace apenas un año, 
tras atender su octavo parto mediante el uso de la anestesia con cloroformo; colaborando, de este 
modo, a la difusión de la nueva técnica entre sus colegas. Sacerdote y médico son caras conocidas
en el barrio. Hace poco más de una semana ambos atendieron el cuerpo y el alma -cada uno desde
su especialidad- de Francis ‘Babe’ Lewis, un bebe de apenas cinco meses (Aunque algunas fuentes
aseguran que el Dr. Snow nunca atendió al niño, este primer enfermo fue el que puso al médico a
trabajar en su mapa). Concretamente: el 28  de agosto los padres acudieron a la consulta que el
médico tiene en el número 21 de la calle Sackville con el niño aquejado de agudas diarreas (1). No
se pudo hacer nada para salvarle la vida. Fue la primera víctima –y por tanto el origen- de la actual
epidemia de cólera que asola el barrio.  Si bien las epidemias de cólera se suceden cada cierto
tiempo, la de este septiembre de 1854  es especialmente virulenta: en menos de una semana, desde
el caso de ‘Babe’ Lewis, han muerto alrededor de setecientas personas, cerca del 10% de la
población del Soho londinense. Si la causa está en el aire, la muerte en todas partes. Pero no es así,
el Dr. John Snow a conseguido localizar sobre un mapa quinientas cuarenta y una de estas
muertes y, en realidad, se aglutinan en una área muy concreta, apenas cuatrocientos metros entre
los casos más distantes, dándose en los márgenes menos casos que en el centro. Pareciera que
existe un epicentro del mal. Allí es donde médico y sacerdote se dirigen: un albergue para pobres
que, con capacidad para quinientas almas y rodeado de muertes, sólo registra cinco caso ¿Casualidad?

Hombres y mujeres andan con la cabeza baja, tapándose la boca y la nariz, tosiendo en el interior
del codo. Snow va a cara descubierta, el famoso medico sospecha, en contra de la opinión 
de colegas y autoridades, que los agentes causantes de la propagación de la enfermedad no 
se encuentran en el aire, sino en el agua. Cinco años atrás publicó su teoría ‘On the mode of
communication of cholera’, donde ya sostenía que el contagio se produce al ingerir alguna 
substancia “mórbida”. Ha observado, que no necesariamente alguien que cohabite el mismo 
ambiente que un aquejado de cólera, incluso en intimidad, enferma. Sin embargo es innegable 
que los casos se aglutinan, y que por tanto existe algún factor contaminante. El canal más 
universal, después del aire, es el agua. Además, en el caso del cólera, los primeros síntomas tienen 
que ver con el aparato digestivo: diarrea, vómitos, deshidratación. El Dr. Snow ha estado 
analizando el abastecimiento de las dos empresas que distribuyen agua en la población del Soho: 
Lambeth Soutgwaik and Vauxhall. La zona abastecida por Soutgwaik and Vauxhall cuenta con 
ocho veces más casos de muertes que la abastecida por Lambeth. Recogen el agua de dos partes 
claramente separadas del rio Támesis.

La visita al albergue apuntala la teoría del Dr. Snow: disponen de su propio abastecimiento de 
agua en el interior del recinto, no necesitan acudir al pozo que se encuentra en la calle y que no 
ha pasado desapercibido para el Dr. Snow: el pozo de la calle Broad esta justo en el epicentro 
de su mapa. A pocos metros del albergue, todavía más cerca del pozo sospechoso, se encuentra la 
cervecera Lion, donde no hay un solo caso de cólera. El dueño permite a los empleados tomar 
toda la cerveza que deseen gratis. Nadie toma agua.
Otro caso llama la atención del doctor, aunque justo por el motivo contrario que la cervecera y 
el cobijo para pobres: una de las finas líneas negras con las que representa cada muerte en su 
mapa, está situada muy lejos del pozo de la calle Broad, de hecho se encuentra fuera del Soho. 
Tras investigar el asunto, al Dr. Snow ya no le queda ninguna duda de que el foco de la epidemia 
es el agua del pozo de la calle Broad. La línea negra alejada del resto corresponde a la Sra. Eley, 
que curiosamente se abastecía en él.

La vivienda del primer infectado, el pequeño ‘Babe’ se encuentra justo al lado de la fuente, sus 
padres no han seguido las instrucciones de Nuisances Act. Una investigación posterior llegará a 
la conclusión de que los pañales del pequeño son el origen de la epidemia.
El Dr. Snow demanda a las autoridades que clausuren el pozo. Pese a no tener ninguna prueba 
concluyente, el mapa que ha estado trazando trasmite un claro mensaje visual al conectar 
incidencia con concentración. Las autoridades acceden y al poco tiempo los casos remiten.
Un año después defendió su teoría, con su ya famoso mapa, frente al comité formado para analizar 
la epidemia. Con Snow empezó la historia de los cambios en la gestión de la salubridad en las 
grandes ciudades. Influyo en la organización de la salud pública y los sistemas de drenaje, toma 
de agua y su distribución.

El último brote de cólera en Londres se produjo el año 1866. El Dr. Snow ha muerto hace ocho 
años y todavía faltan cuatro para que Louis Pasteur elabore su famosa ‘Teoría germinal de las 
enfermedades infecciosas’, pero las autoridades de Londres han quedado persuadidas de las 
conclusiones del ‘mapa del cólera del Soho’, como ya se le conoce. Todavía sin ninguna prueba 
empírica de que la enfermedad se contagie con el agua, recomiendan a los ciudadanos que la 
hiervan antes de consumirla, lo que sin duda contribuye en gran medida a que el impacto de este 
último brote sea más reducido.

Más de ciento cincuenta años después, millones de habitantes del planeta siguen la evolución de 
la primera pandemia global de la historia en un portal web que nos muestra sobre un mapamundi 

El estudio de las epidemias a partir de mapas convirtió al Dr. John Snow en ‘el padre de 
la epidemiología’. Hoy en día su método forma parte de cualquier acción de este tipo.


Mapa del cólera del Dr. Sir John Snow
1854



En año 1992 se levantó en la actual Broadwick street, a poca distancia de la ubicación
original, una réplica de la fuente en honor al Dr. Snow. Una pequeña inscripción en su base
cuenta la historia. 
En el número 40 de la calle, otra placa nos recuerda que la familia Lewis, causantes del inicio
de la epidemia, vivieron allí.